¿Cosmética fresca, eso qué es?

RINGANA

prescinde de conservantes sintéticos y elabora sus productos varias veces al mes en ciclos de menos cantidad, pero con más frecuencia. Por el ejemplo, el aceite dental se elabora hasta seis veces al mes. Con ello se garantiza que los tiempos de almacenamiento sean mínimos. A más tardar, en dos semanas, después de que todos los estrictos controles de calidad hayan pasado. Sólo entonces se pone en marcha la logística que les permite enviar diariamente más de 6.000 paquetes de frescor por toda Europa. Increíble. Lo que a ti te llega es, por tanto, un producto recién hecho, cuyas sustancias activas te cuidan y benefician con los efectos que necesitas.

Para que te hagas una idea, un producto cosmético industrial convencional se produce una vez al año y debe por ello conservarse, ya que a menudo está en stock por mucho tiempo almacenado. Transporte, mayoristas, minoristas, almacenes, estanterías, etc. Lo que seguramente aún tienes en tu baño se elaboró hace mucho tiempo. En la mayor parte de los casos debe estar conservado mínimo para dos años.

Sin conservantes – ¿algo más?

Sí, mucho más. RINGANA te proporciona una cosmética en la que no encontrarás ingredientes a base de aceites minerales, estabilizadores, emulsionantes de PEG, formaldehídos u otras sustancias nocivas para el medio ambiente y para tu cuerpo.

Lo mejor de todo es la concentración de antioxidantes que vas a encontrar en todos los productos. Son sustancias fundamentales que el cuerpo necesita para contrarrestar los efectos nocivos de la oxidación y que favorecen el envejecimiento de las células debilitando el cuerpo. Son muy delicados y para poder introducirlos en las cápsulas y las cremas se necesita el respaldo de la investigación y sistemas de producción realmente high-tech. Si no, los perdemos en el camino, no tienen efecto – aunque te pongan en la etiqueta que están ahí, como sucede muchas veces.

Una de las cosas que más me sorprendió de RINGANA al saber de todo lo que hay detrás es el precio. En el pasado como os decía utilicé muchas marcas y hasta de farmacia. Es una manera tácita de comercializar productos que no son terapéuticos en un marco que lo asocias con la salud. Pensaba que al menos allí iba a encontrar calidad. Lo que pago por algo recién hecho y de esa calidad no tiene ni punto de comparación con lo que compraba y lo que daba por otras. Cada céntimo que pagas por darte el lujo de vivir con RINGANA es una inversión en calidad de vida. Para mí y para mi familia.

¿Y tú que usas aún?

Habla conmigo para saber sobre cómo cambiar y saber utilizar este otro tipo de productos. Te van a encantar. Estoy segura.

Diana