Cuidarse por dentro y por fuera

Todo empezó con el gusto de ver cocinar a una enamorada de la buena comida. Aprendí a disfrutar de las explicaciones sobre lo sano y ricos que son muchos alimentos y mi naturaleza analítica me llevó a estudiarlo a fondo. De saber sobre la alimentación pasé a querer conocer qué es la nutrición y los problemas de salud causados por deficiencias o puro desconocimiento.

«Somos lo que comemos»

decía el filósofo y antropólogo alemán Ludwig Feuerbach y nos viene a resumir que los alimentos que tomamos nos convierten -para bien o para menos bien- en lo que somos en este momento. Y digo en este momento porque los hábitos alimentarios se pueden mejorar con una porción de voluntad y humildad.

Es un proceso de aprendizaje continuo puesto que una vez que empiezas a plantearte lo que comes, pasas a querer conocer qué otras cosas necesita tu cuerpo. Cuidarse por dentro y por fuera significa además reconocer la importancia del ejercicio físico y el equilibrio mental. Me verás haciendo yoga, dándole a las pesas improvisadas con paquetes de arroz, nadando un par de kilómetros o dándole al pilates, por ejemplo.

Consumo ético y sostenible

Luego te levantas un día y leyendo la etiqueta de gel descubres alguna que otra sustancia que no pinta nada ahí. Y analizas, buscas y empiezas a probar cosas nuevas. A esto se le suma el hecho de que los valores de la sostenibilidad y el consumo ético son fundamentales para mí. Por ello decidí convertirme en embajadora de lo que llamo la Revolución FRESH a través de un cuidado de la piel ético y sostenible.

En el mejor de los casos encuentras hasta lo idóneo, que para mi fue sin duda descubrir la cosmética fresca; sí, oyes bien, fresca. Porque si me gustan las naranjas de temporada o el pan de masa madre recién hecho, ¿por qué contentarme con menos calidad al cuidarme la piel?

La buena noticia es que nunca es tarde para empezar a cuidarnos por dentro y por fuera con el fin de ganar calidad de vida, de disfrutar de todas las maravillas que nos ofrece la naturaleza en forma de alimentos o de sustancias activas que nos mantienen fuertes, estables y en condiciones para vivir al máximo día a día.

Te invito a curiosear por estas páginas para descubrir por dónde te gustaría empezar a mejorar tus hábitos: la piel, la alimentación, tu equilibrio interior. Todo va muy ligado y la experiencia me ha demostrado que el inicia la aventura por un lado acaba abarcando otros ámbitos que se complementan.

Te deseo un feliz viaje por el mundo de la alimentación saludable y el mejor cuidado para tu piel.

Diana