Me cambió la vida – a mejor
Habréis visto ya por otros posts anteriores, que os hablo de los productos y de los valores que comparto con RINGANA.
La decisión de unirme a RINGANA la tomé sin saber realmente qué posibilidades me iba a abrir. En aquel momento trabajaba a jornada completa, tres niños pequeños y un ex-marido. Mi tiempo era más que reducido, os digo. Y sin embargo cuando empecé a leer cómo se hacen las cosas en RINGANA, el inmenso concepto de sostenibilidad y producción ética que llevan desde hace más de 20 años… me impactó y mucho.
Empecé a utilizar los productos para mí y mi familia porque estaba muy cansada de aditivos sintéticos, de las frases de “100% natural” –que por desgracia todavía sigo viendo- para luego analizar los componentes que no se mencionan y descubrir sustancias tóxicas, conservantes irritantes, etc.
No me sirve una presentación bonita, unas frases bonitas que me hagan sentir bien si al final se esconde la química sintética.
¿Cómo funciona RINGANA?
Con un sistema de ventas directas (de la empresa al cliente – sin intermediarios) porque los productos son frescos. Es decir, lo que compras en RINGANA no está conservado con sustancias químicas sintéticas y no puede venderse en tiendas ni estar almacenado. Se produce y envía inmediatamente.
¿Y yo como trabajo?
Te conviertes en socia autónoma según el network marketing (multinivel). En su día no tenía ni idea de cómo funcionaba eso. Así que me fui a la Cámara de Comercio de Austria y me enteré de todo lo que debía saber. Ni jefes, ni horarios ni obligaciones mas que tomarme esto en serio para llegar a mis objetivos. Todo depende de mi hacer. Genial.
Esto significa que promociono los productos y la filosofía de RINGANA y recibo por ello una comisión de ventas, según un plan de beneficios que me asegura una estabilidad. Además soy mentora. Tengo la suerte de apoyar a las personas que me gustan y que quieren trabajar conmigo para que así el impacto que creamos sea incluso mayor.
RINGANA está premiada internacionalmente, está certificada y no deja de seguir mejorando su trabajo. Formo parte de esa revolución porque quiero vivir bien gracias a los demás y no a costa de los demás y de la naturaleza.
Yo no te ofrezco una cremita, ni un jabón que huele a lavanda. Yo te ofrezco una manera de cuidarse todos los días sin contaminar tu cuerpo, sin acabar con los recursos naturales, respetando y valorando como debe ser el trabajo de todos los que están implicados.
Realmente cualquier persona puede convertirse en socio de RINGANA. Da igual de dónde seas en Europa, qué edad tengas, qué color de piel, religión, sexo y experiencia anterior. La formación está asegurada, el apoyo y el seguimiento por parte de tu mentor, también.
Tú *sólo* tienes que trabajar con motivación para vivir como quieres a medio plazo, me gusta decir.
Tú decides.
Si estás interesad@, mándame un mensaje y charlamos. Quizá esto te cambie la vida como lo hizo conmigo.
Diana